Roberto Brady marcó con su ejemplo la vida de muchos jóvenes arequeros

 Roberto Brady marcó con su ejemplo la vida de muchos jóvenes arequeros

Roberto Luis Brady nació el 4 de julio de 1932 y dedicó más de la mitad de su vida a trabajar con chicos de San Antonio de Areco, en la mítica canchita de futbol que estaba ubicada en la parte trasera de la Parroquia San Patricio. A ese predio, muchos recordarán, se accedía por un portón de chapa que daba a calle Alsina.

Roberto inició esta tarea a mediados de las década de 1960 y sus primeros pasos coincidieron con la llegada y permanencia en la mencionada iglesia de Alfredo Kelly, un sacerdote que posteriormente fue asesinado por la Dictadura Cívico Militar. Este hecho fue perpetrado el 4 de julio de 1976, justamente en el día del cumpleaños 44 de Brady, con quien Alfie había tejido una entrañable amistad.

Cada fin de semana, a lo largo de más de 25 años, Roberto reunió a una enorme cantidad de chicos, en un número que fue creciendo con el paso del tiempo, no solo para jugar al futbol, sino también para jugar con botones que el mismo fabricaba, a las carreras de autitos, para correr en bicicleta, compartir una merienda y fortalecer su formación como personas. Ese fue el aporte más valioso que Brady les dejó a muchos arequeros que lo trataron y que lo conocieron de cerca.

Hombre disciplinado, metódico, con gran destreza para las habilidades manuales y con un claro sentido de la igualdad de las personas más allá de su condición económica, Roberto Brady marcó una época y orientó en la vida a muchísimos arequeros que hoy tienen de 40, 45 años para arriba. Ellos mantienen imborrable el recuerdo de esos memorables sábados a la tarde, de los “clásicos a muerte” con Los Diablitos, de los viajes a Capitán Sarmiento para jugar los torneos de verano o a la vieja Capital Federal para ver las carreras de Fórmula 1 o para presenciar partidos de futbol de los mejores equipos profesionales de entonces.

Nunca cobró ni pidió un solo centavo a cambio de su labor, aspecto que en este siglo XXI, marcado por el más feroz neoliberalismo económico, agranda su ejemplo hasta límites impensados.

Otro dato que lo pintaba de cuerpo entero: cuando Rivadavia cambió la modalidad del Baby a una competencia por Escuelas, Roberto dirigió a la 5, enclavada en los sectores más humildes del antiguo barrio de las Quintas.

Soltero, durante la semana empleado de la Cooperativa de tamberos PURO, (Productores Unidos de Ruta 8) su paciente y dedicada labor alcanzó notoriedad máxima en 1974 cuando un equipo juvenil de San Patricio ganó la Etapa Provincial de los Torneos Evita, disputada en Necochea. Más tarde clasificó 7° en la instancia nacional, desarrollada en Córdoba, en representación de la Provincia de Buenos Aires.

Tras ser un animador principal de los torneo de Baby Futbol que organizaba el Club Rivadavia en su pequeño estadio de Del Valle e Yrigoyen, a partir de 1971, junto a Juan Carlos Lupini, fundador de Los Diablitos, Raúl Insúa, maestro en la Escuela 9 de Duggan, el popularmente conocido como “Lupón” López, vecino del barrio de la Estación, Chicha Serritella y el señor Estigarribio de Villa Lía, fueron los pioneros de un embrionario Futbol Infantil en nuestra ciudad.

En 1984 hubo dos hechos salientes para esta historia: en mayo, con apoyo del Intendente Municipal Teodoro Domínguez se creó AFISA, la Asociación del Futbol Infantil de San Antonio de Areco. Casi al mismo tiempo, el grupo de jugadores, hombres maduros a esa altura, que ganaron los Torneos Evita, motorizados por Enrique Idiart, decidieron formar el Centro Deportivo San Patricio, que en esa temporada participó por primera vez de manera oficial en los campeonatos organizados por la Liga Deportiva.

Desde allí, su trabajo perseverante y generoso fue tomando una forma más institucional que aún continúa plenamente vigente.

En 1985 Roberto sufrió el primer accidente cardiovascular que le dejó serias secuelas en su salud, por lo que necesitó de muchos cuidados. Aunque se recuperó por un tiempo, falleció el 15 de noviembre de 1992, cuando tenía 60 años.