Murzicatto, Artesano Mayor de Areco

 Murzicatto, Artesano Mayor de Areco

En diciembre pasado Osvaldo Murzicatto cumplió 50 años al frente de su comercio de zapatería y marroquinería, una actividad que comenzó en 1974 en un local de la calle Arellano y más tarde, en 1981, se mudó a su domicilio actual, en Alsina casi San Marín.

Murzicatto, cuyo oficio es la confección de botas, participó en la primera exposición de Artesanía Arequera que se llevó a cabo en 1971 en el salón Guerrico, y desde entonces forma parte de la Asociación de Artesanos. Es considerado por sus pares como Artesano Mayor, una denominación de honor que en su momento también tuvieron el imprentero Osvaldo Colombo y el herrero Faustino Francischelli.

“Mi oficio siempre fue la confección de botas. Hacía tiradores, cinturones, porta documentos, todo lo que entra dentro del rubro marroquinería y con respecto a las botas, mi trabajo se llama aparado. Yo hacía esa parte del calzado y se la entregaba a mi cuñado, el negro Batistelli, o a Camilo Fiore, que se encargaban del armado. Yo hacía el corte, donde está toda la bota menos el pie, y luego el armador se encarga justamente de armar sobre la horma para hacer la terminación”, relató Murzicato.

El artista recordó que tiene “algunos premios y menciones que no sé si me las merezco, como la de Artesano mayor. En un principio, en 1971 cuando comenzó la historia de la Semana de la Artesanía Arequera, el Artesano Mayor era Osvaldo Colombo y después Faustino Francischelli. Hace un tiempo me lo adjudicaron a mí, inclusive tengo algún diploma que lo dice. Ocurre que cuando arrancaron las exposiciones a principios de los años 70 yo estuve y hoy no sé decirte con exactitud, pero soy de los pocos que quedan de aquel entonce”.

“En diciembre cumplí 83 años y digamos que me retiré, porque las cosas ya no me salen como antes. Hasta hace poco venía al taller y era como una fiesta pero en los últimos dos años, por decir una fecha, ya era como una obligación, como algo más rutinario y además como yo siempre fui muy perfeccionista noté que las cosas no me salían como antes. Tardaba el doble y si bien los clientes no se daban cuanta yo veía que faltaban detalles porque a lo mejor había una costurita mínima que estaba corrida un poquito y me daba cuenta de eso”, dijo el artesano en calzados.

“En 1974 busqué un lugar para abrir un negocio. Hablé con Cachuzo Caracoche por el local que había sido de la imprenta Colombo, en la calle Arellano, que estaba todo derruido porque el último que había estado era Rogelio Balda con una librería, pero además encuadernaba y hacía marcos. Así empezamos a trabajar junto a Camilo Fiore en un comercio de zapatería y marroquinería. Estuve en ese lugar hasta 1981 que nos vinimos con mi familia a Alsina 23, donde antes había funcionado la oficina del Telégrafo. Pienso y me doy cuenta que desde 1974 ya pasaron un poco más 50 años”, reflexionó Osvaldo Murzicatto.