Mientras el oficialismo se divide, se consolida la figura de Riera en el peronismo unido

La máxima novedad que irrumpió el panorama político local de cara a las elecciones legislativas del próximo 7 de septiembre es que después de varias campañas exitosas, el espacio de centroderecha de Areco irá dividido. El conservadurismo local se repartirá los votos entre La Libertad Avanza (que se deglutió al PRO) y el nuevo frente Somos Buenos Aires, integrado por los radicales y varias expresiones no peronistas.
Esa ruptura le abre -en teoría- nuevas esperanzas al espacio peronista local, que hilvana cuatro derrotas seguidas ante un rival que para este 2025 ya no presentará pelea como tal. Frente a ese escenario electoral, Juan Riera se convirtió en un polo de atracción para varios dirigentes, referentes y militantes del movimiento que gobernó el Municipio hasta 2019.
Riera fue Concejal, funcionario en las áreas de Inclusión Social y Salud y desde hace seis años se desempeña como Director de Hospitales de la provincia de Buenos Aires, lo que lo convirtió en la referencia local del proyecto que encarna el gobernador Axel Kicillof.
Desde hace tiempo, Juan viene manteniendo conversaciones, haciendo reuniones y logró tejer alianzas con Mariano Pinedo, Luis Russel, Martín Lobos, Andrés Antedoménico, Silvia Cupeiro, Leonardo y Viviana Sorchilli, los hermanos de Fabio, ex Intendente de Areco.
La división de las fuerzas que hasta ayer integraban el oficialismo local le baja el poder fuego a Ratto, quien se había convertido en una verdadera maquinaria electoral sustentado por una unión antiperonista que ya no existe. Ante eso y en base a las últimas derrotas consecutivas del peronismo arequero, Riera se posicionó expresando públicamente su intención de encabezar el proceso de unidad del nuevo Fuerza Patria.
Este puñado de argumentos que un nuevo actor puso sobre la mesa, cambió los términos de la negociación interna, obligó a abrir el juego en la discusión por las candidaturas y por la confección de un programa político que en un principio debería definir con mayor precisión el rol que debe cumplir la oposición a la tambaleante gestión de Francisco Ratto.