Los pozos del centro y el peligro de circular por la ciudad

 Los pozos del centro y el peligro de circular por la ciudad

Si hay algo en lo que todos los habitantes de este suelo pueden coincidir, es que el estado de las calles de Areco es pésimo. Los trenes delanteros de los autos bien lo saben, y sus dueños, que deben afrontar los costos de esos mantenimientos permanentes, también. Circular en auto por la ciudad se ha convertido en el peculiar arte de volantear para esquivar pozos. Y allí está el peligro.

Más allá de la gran cantidad de pozos que hay en toda la cinta asfáltica del ejido urbano, en los últimos meses ha crecido el número de baches en el centro comercial. Hablamos de las calles Alsina, Arellano, Belgrano, Alem, en sus partes más neurálgicas, en esas zonas imposibles de evitar si uno tiene que ir pagar servicios, abastecerse de distintos productos o simplemente hacer la vuelta del perro.

Esas aperturas irregulares que parten al hormigón y que muchos ya consideran “cráteres” por su tamaño e importancia, representan un peligro no solo para la salud de los autos y los bolsuibllos de sus conductores, sino también para quienes circulan en bicicleta o en moto por las calles de Areco. Con la finalidad de esquivar esos pozos, muchos automovilistas realizan maniobras abruptas en arterias muy transitadas, sorprendiendo a los vehículos de menor porte que muchas veces terminan encerrados por esos inesperados volantazos.

Es de imperiosa necesidad que el gobierno local se ocupe, aunque sea, de tapar principalmente esos baches céntricos, a sabiendas que más allá de ese esfuerzo aun no visible, los cientos de pozos del resto de las calles seguirán aguardando con calma que los reparen.