La sana costumbre arequera de rendir homenaje a los Mártires Palotinos

 La sana costumbre arequera de rendir homenaje a los Mártires Palotinos

Nuestra comunidad se reunió una vez más para recordar a los cinco religiosos asesinados por el terrorismo de Estado el 4 de julio de 1976, en lo que se conoció como la Masacre de San Patricio. A casi medio siglo de lo ocurrido, la tradicional ceremonia organizada por la Comisión Permanente de Homenaje volvió a realizarse en la plazoleta ubicada en el acceso a la ciudad, que lleva el nombre de las víctimas.

Con la conducción de Gabriel Eterovich, este año las palabras centrales estuvieron en manos de la profesora Rita Rabellino, quien evocó los días del grupo juvenil «Vivir Por Algo» (VIPOAL), formado a fines de los años 60 bajo el impulso del padre Alfredo “Alfie” Kelly.

Aquellos encuentros evocados reunían a jóvenes de Areco y de localidades vecinas en la casa parroquial de San Patricio. Kelly, quien tuvo un rol clave en la vida comunitaria de Areco y luego fue destinado a la parroquia San Patricio del barrio porteño de Belgrano, fue una de las cinco víctimas del ataque perpetrado por fuerzas de la dictadura.

Como cada año, la ceremonia incluyó una suelta de palomas —símbolo de paz universal— y la colocación de flores silvestres en la cruz pentagonal que representa a los cinco palotinos asesinados. La jornada culminó con el canto colectivo de “Todavía Cantamos”, de Víctor Heredia, un himno ya inseparable de este ritual de memoria.

El homenaje se entrelazó con otras expresiones de recuerdo que se desarrollaron durante ese fin de semana: el sábado, en el cementerio local, se realizó una breve ceremonia en la tumba de la familia Barletti, una de las familias afectadas por la masacre, con oraciones y ofrendas florales.

A 49 años del suceso, San Antonio de Areco sigue diciendo presente. Y lo hace, como cada julio, con palabras, flores, canciones y la firme decisión de no olvidar.