El correlato arequero de la Semana Santa carapintada

 El correlato arequero de la Semana Santa carapintada

Durante la semana santa de 1987 se produjeron algunos de los hechos políticos más significativos desde la recuperación de la democracia, una conquista social todavía muy reciente en esa época.

Entre el jueves 16 y el domingo 19 de abril, se sucedieron una serie de acontecimientos relevantes que tuvieron varios protagonistas centrales: el Presidente de la Nación, Raúl Alfonsín, todo el arco partidario en su conjunto, un grupo de militares que a partir de entonces se hizo conocido con el nombre de Carapintadas y la sociedad civil, que manifestó en la Plaza de Mayo y en prácticamente todas las plazas el país, su apoyo incondicional a la democracia con grandes movilizaciones populares.
En ese momento, el recuerdo de la última dictadura militar aún se conservaba fresco en la memoria de los argentinos.

La trama interna de lo que efectivamente ocurrió en ese fin de semana largo quedó abierta a muchas interpretaciones diferentes y aún hoy permanecen vigentes unos cuantos interrogantes sobre lo que pasó ese domingo de pascuas en Campo de mayo, donde tuvo lugar una reunión entre Alfonsín y el líder de los militares alzados, Aldo Rico.

El saldo más evidente de ese encuentro fue la posterior aprobación por parte del Congreso Nacional de la Ley de Obediencia debida, que completaba una norma anterior, sancionada en 1986, conocida como Punto Final, que le intentaba dar una solución política a los juicios en marcha por las consecuencias funestas del Proceso de Reorganización Nacional con su lamentable lista de secuestros, torturas, muertos y desaparecidos.

En la fresca mañana de ese domingo de otoño de 1987, una gran cantidad de vecinos se reunió en la Plaza Ruiz de Arellano, justo frente a la Municipalidad, para respaldar la actuación de las autoridades constitucionales que llevaban adelante confusas y largas negociaciones con los militares rebeldes. Esos últimos se resistían a someterse a la justicia federal para que se juzgaran en los tribunales su accionar delictivo cuando reinó el terrorismo de Estado como norma general.

En San Antonio de Areco también se reflejó la unidad de todos los dirigentes políticos en defensa de la democracia porque asistieron a la plaza principal los principales hombres de ese tiempo: los peronistas Orlando Pellegrini, Osvaldo Campión, Teresa Amoroso, Ambrosio Pereyra (que pertenecía a la rama del peronismo revolucionario), Aldo Menconi, Horacio Viganego, Omar Pomodoro, los integrantes de la UCEDE como Horacio Milicich y el radicalismo en pleno, representado por Rubén Cagnoni, Enrique Mocciaro, Norberto Campodónico, Hugo Di Santo, Juan José Alonso y dos históricos como Rodolfo Pérez y Ruberto De Lellis, entre otros.

También fueron muchas las instituciones intermedias que reforzaron la manifestación con su presencia y sus expresiones públicas.

Por la tarde, luego de que el Presidente Alfonsín anunciara el final del conflicto pronunciando la célebre frase: “Felices pascuas, la casa está en orden”, el Intendente Teodoro Domínguez pronunció un discurso ante la multitud de vecinos que se había dado cita en el salón Guerrico, que era la sede del Concejo Deliberante. Para cerrar la tensa jornada, la dirigencia política local en pleno firmó un documento que plasmó su firme determinación de apoyar el sistema de vida democrático que estuvo en jaque por más de 4 días.