Destellos de futbol en un San Antonio eliminado del Torneo de Verano

Al margen de su temprana eliminación, San Antonio dejó al menos dos cosas para rescatar de su paso por el torneo de verano: primero, que Julio Marquez logró inculcarles a sus jugadores una manera de jugar, y segundo, observar el rendimiento de los hombres nuevos que se incorporaron al plantel.

En el primer punto podríamos decir que el elenco albiceleste va aceitando un funcionamiento colectivo a través de un estilo de juego bien definido, que pasa fundamentalmente por el cuidado en el trato del balón, la marca zonal en el fondo y la idea de atacar de manera asociada.

En ese rubro se destacaron Juan Oscaris y Gonzalo Quiroga, encargados de la primera puntada en la zona media y el lujanense Jonatán López con su constante movilidad cerca del área rival.

Si hablamos de los refuerzos, Douglas Perroud (que se retiró lesionado en el cotejo frente a San Patricio) mostró oficio para actuar como primer marcador central, Diego Ponce dejó en claro que es un comodín que puede cubrir cualquier puesto en el defensa, Lucas Pereyra que tiene buen ritmo para proyectarse por la banda derecha y Marcos Arguello confirmó que es un zaguero de jerarquía, sobre todo cuando jugó de 6.

Entre los nombres menos conocidos, San Antonio ofreció dos novedades: Julián Arguello, que proviene de El Timón de Jáuregui y Tiago Fernández, ex Capilla. Arguello es un enganche zurdo, hábil e inteligente que rápidamente se entendió con sus compañeros y sintonizó la onda de la circulación fluida del balón, y Fernández es un chico con mucha dinámica que llenó con su sacrificio la mitad de la cancha.

El conjunto de la Avenida Guiraldes protagonizó los mejores espectáculos de un campeonato nocturno constantemente interrumpido por la lluvia, pero cayó ajustadamente frente a Huracán y Rivadavia y no pudo quebrar el 0 a 0 en su despedida ante San Patricio, aunque estuvo más cerca que su rival de quedarse con la victoria.