Bolea, la chispa de San Patricio

Juan Bolea debutó de muy chico en Primera División. Fue en 2018, cuando Martin Maggio era el entrenador de San Patricio y lo incluyó entre los mayores, en la posición de volante derecho, para armar un medio campo que lideraba Rodrigo Gómez, bien apuntalado por Federico Menconi y el zurdo Manuel Blanco.
Después de la pandemia de Covid 19, que paró el futbol por casi un año y medio, Bolea se fue consolidando en el rol de generador de juego. El elenco del trébol en el pecho que dirigieron Diego Vaccarini y Germán Mangieri, cada uno en su momento, siguió respetando al enganche, al mediocampista creativo que se mueve en la punta más adelanta de un rombo, figura geométrica que San Patricio siempre utiliza para distribuir a sus hombres en la mitad de la cancha.
Juan es un jugador muy hábil, talentoso, con gran visión de juego, callado, dueño de una exquisita técnica para manejar el balón y que últimamente sumó una mayor predisposición para la lucha.
En el presente Torneo Apertura «10 años de la UNSAdA» alterna en la titularidad con Federico De Rosa, un mediocampista de otras características. Lucas Cobo también lo ubicó de delantero más definido, para tratar de reemplazar la ausencia del suspendido Pedro Cairo.
Pero sin dudas que Bolea se siente más cómodo en su posición natural de 9 tirado atrás, suelto, con panorama y espacios para arrancar con pelota dominada y abastecer a los atacantes netos.
