Mariano Pinedo reflexionó acerca del futuro del peronismo local

 Mariano Pinedo reflexionó acerca del futuro del peronismo local

El dirigente político del peronismo arequero, Mariano Pinedo, realizó en estos días un análisis de la realidad política nacional. En sus decaraciones, el ex concejal resaltó que «un proyecto como el de Javier Milei no podría haber tenido el más mínimo espacio si no fuera porque la decadencia está también, por desgracia, en el peronismo, que en lugar de promover el protagonismo popular, se hunde en la oscuridad del poder de las cúpulas que no permiten la participación fecunda. Por eso es cada vez más débil».

Actual Director Provincial de Agricultura, Pinedo indicó que «nos quieren instalar otra vez que lo que ocurre por decisión de los poderosos es inevitable y no existe alternativa. Que solo nos resta amoldarnos, bajar la cabeza y ser instrumentos de la corriente. Como si la política solo se tratara de leer climas de época y como si los climas de época no fueran también decisiones de la política».

«Ofrecer al pueblo argentino una nueva alternativa, no es solo lo electoral: candidatos y candidatas que resulten atractivos de votar, con mensajes que contengan algún acierto. Debemos retomar una gran convocatoria que el pueblo interprete como propia y se sienta en condiciones de protagonizarla. La política no es sólo una “oferta” que proponga determinados “beneficios”. Eso es ofrecerle todas las herramientas al marketing y a los gurúes de la manipulación social», puntualizó Mariano.

«El peronismo es para conductores, no para iluminados. Se requiere un método de interacción genuina y real. Nuestra organización debe contener mecanismos de diálogo reales y cotidianos (no esporádicos o puestas en escena) con todos los sectores de la vida nacional: producción, innovación, formación y trabajo».

«¿Y los jóvenes? ¿Cómo hacemos para llegar a los jóvenes? ¿Y si dejamos de tener tanto miedo y abrimos un poco el hueco para que los jóvenes lleguen a nosotros y nos enriquezcan con nuevas miradas? No somos vendedores de productos para la felicidad. No somos benefactores de nadie. Somos conductores. Y quien conduce siempre permite, promueve, alienta, fortalece. Siempre generar el encuentro, siempre fomentar la conversación, el fogón».